Por un juguete que nos den, un abrazo, un beso, una chocolatina, ya se nos pone esa sonrisilla traviesa que tenemos todos en la infancia. Y pensamos que no hay problemas, que todo está bien.
En realidad, cuando crecemos, todo sigue estando bien. Lo único que hemos de hacer, es sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario