te echo de menos.

Ya no me das ni pena ni lástima, tampoco me importa mucho lo que hagas, ni tengo en cuenta todas y cada una de tus palabras, tampoco me fijo en cada uno de tus movimientos como lo hacía antes, ni miro cada dos minutos tus novedades. Tampoco me acuerdo de cada fallo que tuviste, ni de los que tuve yo. Ya no me acuerdo de como hablabas, ni de como te hablaba yo, ni de el afecto que sentíamos, ni la manera en la que estábamos juntos, ni si te abrazaba porque sí o cuando decías cosas que me agradaban o si ni si quiera lo hacía.   Tampoco me acuerdo si era cariñosa contigo, si me reía a tu lado o si cada dos minutos te decía que me aburría, o si me reía por quedar bien. Tampoco me acuerdo si lo pasábamos bien juntos o si estábamos porque teníamos que estar. Pero ¿sabes de lo que sí me acuerdo? De lo mucho que te quería y lo necesaria que era tu amistad para mi.